lunes, 6 de septiembre de 2010

ISLANDIA Agosto 2010. Día 2. (Reyjiavik – Vik)

Nos levantamos temprano (máxime después de la paliza del día anterior) y a las 08:00 h ya estábamos desayunando. Buen autoservicio en el hotel Lofteleidoir Icelandair de Reikiavik. Teníamos reservado el coche a las 09:00h.
Acordamos desayunar fuerte en el hotel y cenar en la ciudad de destino. Para el medio día compraríamos vituallas y haríamos paradas campestres.
El primer reto fue recoger el 4x4 (la oficina de Hertz resultó estar a unos 100 m), conseguir un seguro a todo riesgo sin franquicias ni historias y un GPS en "cristiano".
Lo del GPS fue pan comido, pues es un tema crucial con su extraño alfabeto y lo intrincado de los nombres y mucha gente lo pide.

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Otro tema más complejo fue llegar a un acuerdo con el seguro. Tienen múltiples modalidades extrañas que incluyen unos temas y excluyen otros. Nos quisieron colocar un seguro por si las cenizas del "Juuuujukakul ese" arañaba la pintura.
Por fin listos y con las maletas cargadas.

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Era un Toyota RAV 4 blanco, automático.

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No tenía reductora (ni falta que hacía) pero tenía tracción a las cuatro ruedas permanente, amplio, con cuatro puertas y maletero suficiente.
Salimos de Reykiavik en busca de suministros (agua, pan, embutidos, quesos, zumos, yogoures, galletas,etc) para poder hacer nuestros picnic del medio día. Nos hicimos con una buena provisión de platos, vasos, tenedores, cucharas de plástico y para cortar usamos mi navaja.
La primera peculiaridad es que todos los supermercados tienen una pequeña zona para tomar café, con unas mesas a la entrada.
Nos encontramos un grupo de españoles, a los que volveríamos a ver en días sucesivos. Casi todo el mundo hace este recorrido o el inverso.
Una vez aprovisionados nos dirijimos al "Círculo de Oro", que no es otra cosa que un recorrido por un conjunto de accidentes naturales próximos entre si y a la capital. Impresionaron, y si conseguimos volver, la próxima vez lo dejaremos para el final, como "broche de oro" junto con un baño en la Laguna Azul (que no conseguimos hacer finalmente por falta de tiempo).
Lo primero que encontramos fué Thingvallavatn (Þingvallavatn) el lago más grande de Islandia, y en sus proximidades campos sembrados de montañitas de piedras



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Las hacen los viajeros islandeses porque piensan que les traerán buena suerte durante el viaje. Y nosotros no podíamos ser menos.
Desde ahí, rodeando el lago llegamos a Thingvellir (Þingvellir) donde se fundó el primer parlamento del mundo occidental en el año 930. Ahora Thingvellir es un parque nacional y se considera Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Está situado sobre la falla que une las placas tectónicas americana y europea. Es una línea que recorre la isla de suroeste a norte. Es impresionante ver las paredes de las dos placas.

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Al fondo se aprecia la parte superior de la placa americana y mas próxima a nosotros la corteza rota de la placa europea. La sensación es de estar colocados sobre un bizcocho que se abre al salir del horno. Las personas son como hormiguitas.
Es una zona inestable en la que es fácil que se produzcan temblores por rozamiento entre las placas.
Nos dimos un paseo por el fondo de la falla y las abuelas se fueron a explorar una pequeña iglesia y su cementerio.
De allí partimos hacia el valle de Haukadalur en el que se registra gran actividad geotérmica. En el están ubicados varios geisers y calderos hirvientes. Geysir dio su nombre al fenómeno. Se trata de un orificio lleno de agua, que hierve por contacto con las capas calientes profundas del subsuelo, y que cada cierto tiempo lanza agua vaporizada a gran altura.

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Habrá que tener cuidado con el moño, no se nos rice.

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Ojo que quema

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Mirar un caldero de agua hirviente:

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Por desgracia y gracias a la estupidez humana Geysir ya no funciona (durante años se dedicaron a tirar detergente para que saltara mas pronto) pero pudimos ver a Strokkur , geiser de la tercera parte de altura, pero no por eso menos impresionante.
Aquí se prepara:

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Aquí salta (20 a 30 m de altura, varía de una a otra vez):

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Ahora se rellena con el agua que cae del cielo y escurre:

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No había quien las arrancara de allí ("espera, otra vez"), con lo que decidimos comer en el coche mirando como salía una y otra vez.

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Al fin salimos y nos dirigimos a otro fenómeno natural muy abundante en Islandia: Las cataratas
(XXXfoss = XXXcatarata) (GullZZZ = DoradoZZZ) total "la catarata dorada. Ya nos vamos internando en el enrevesado idioma. Gullfoss
Completamente majestuosa. No muy alta pero con gran caudal y belleza.
Nuestras caperucitas amarillas se convierten en la envidia del turista (y no solo por su indumentaria anti humedad, sino por su marcha).


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Sólo tiene una caída de 32 metros de altura en dos escalones pero la gran masa de agua se estrecha mucho en el momento de la caída, y se pierde en una grieta de más de dos kilómetros de longitud, 70 metros de profundidad y 20 metros de ancho. Es como meter el agua de la ducha en un embudo.
Nos acercamos hasta el borde mismo del agua que se precipita con un estruendo infernal, resonando entre los muros que encañonan la salida.
Escalaron hasta situarse en el mismo borde de la catarata (no es broma) y cuando volvíamos

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Todavía preguntaban que "¿cuando íbamos a ver los volcanes?". ¡¡¡Imparables!!!.
Pues toma volcán:

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Se trata del cráter de un volcán apagado que se llena con la lluvia. Precioso.

Fué meternos en el coche y el resto del trayecto hasta Vik lloviendo, justo hasta que nos bajamos del coche. De ahí el dicho Islandés "si no te gusta el tiempo que hace, espera cinco minutos".

La pena es que no pudimos ver unos bloques graníticos en la costa en los que anidan los Puffing (especie de pato con pinta de loro, típico de Islandia).
Por fin llegamos a Vik (ciudad de destino) donde nos alojamos en el Vík Hotel Edda. Teníamos reservada una cabaña independiente, muy maja, con dos habitaciones dobles dotadas cada una con su baño.

El hotel solo daba desayunos, pero nos recomendaron un sitio muy cercano donde llegamos "justo tarde" para cenar y nos dieron una magníficas Pizzas islandesas (ricas de verdad), sopa de cigala y Olvido se aficionó al "apple cake" con "hot milk"


Mañana más…. No se si conseguiré mantener el ritmo......

sábado, 21 de agosto de 2010

Nos fuimos a Islandia




Este verano decidimos realizar un viajecito familiar aventurero. Nos fuimos a recorrer Islandia.


María Jesús, las dos abuelas y yo.
La verdad es que creo que todos lo pasamos bastante bien. El viaje finalizó sin ningún incidente que reseñar y las abuelas estuvieron a la altura.

Comenzamos a las 05:00 con un taxi que nos llevó a Barajas con puntualidad insospechada. Yo empecé a relajarme. Todos llevábamos el equipaje adecuado. Solo una maleta por persona y un bolso de mano. ¡Y las maletas pesaban menos del máximo permitido!.
Como llegamos con tiempo de sobra y la policía no nos planteó ningún problema a pesar del marca pasos de Aurora (no puede pasar por los arcos y la cachean en toda regla) y del cinturón que no sujeta nada de Olvido y su cadena de oro que no se quita (menos mal que me hizo caso y se quitó su manojo de llaves del sitio secreto...) nos pudimos regalar un magnífico desayuno con bocata de jamón incluido.

Incluso nos facturaron los equipajes a destino final (Keflavik) aunque tenemos un salto en Londres y son dos compañías distintas.
Vuelo perfecto, comenzaron los milagros de la biodramina/cafeina y Olvido se permitió hacer crucigramas durante el aterrizaje.
En Gatwick (Londres) nos marearon algo y nos regalaron con un magnífico retraso de cuatro horas, que sumado a las dos horas y tres cuartos de diferencia entre vuelos y un regalito de 15 minutos de adelanto en la llegada del vuelo de Madrid, se puso en la inestimable cantidad de siete horas tirados en el aeropuerto.

Lo cual dio pié a la primera lección de inglés: "Hot milk"....
Nos zampamos un hamburguesa con cervecilla inglesa durante la espera, compramos agua, compramos mas agua, hicimos pises y pises....

Al fin embarcamos y sin novedad y tras un segundo milagro de la biodramina llegamos a Keflavik (aeropuerto internacional de Islandia) a unos cincuenta kilómetros de Reikiavik .

Nos montamos en el FLYBUS y nos dejó en la puerta del hotel Icelandair, situado en el mismo aeropuerto local de Reikiavik (que gracias a Dios no funcionaba por la noche).

Fijaros las vistas desde la ventana

Llegamos justo para poder cenar (cerraban a las 22:00). Magnífico bufé que las hambrientas abuelas disfrutaron. Fue el primer contacto con la comida islandesa. Buen pan, mejor salmón.

La fruta dejaba que desear, pero no podíamos esperar otra cosa viniendo de la fruta de verano española.

Total nos levantamos a las 04:00 y estábamos cenando en el hotel veinte horas después.
¡Y tenían ganas de cenar! Quedamos en el desayuno a las 08:00.
Fin del D+1












domingo, 25 de julio de 2010

FINALMENTE QUEDO EN UNA CREMA FRIA DE GAMBONES

No está la crisis para desperdiciar nada, y menos para los que tenemos un sueldo que depende del estado de las rebajas.
Con las cáscaras y cabezas de medio kilo de gambones (estaban congelados y riquísimos a la plancha) se elabora un magnífico caldo que nos brinda muchas posibilidades, aunque casi todas ellas invernales. Igual sirve para un suquet que para un arroz o una fideguá, pero con la calorina que está cayendo decidí elaborar algo fresquito.
Todo un reto que no tenía claro como iba a resultar. Los diosecillos de la cocina me ayudaron y fue un éxito.

PREPARACIÓN DEL CALDO
- Pelar 2 dientes de ajo, quitarles el brote y cortarlos en tiritas finas.
- Poner en una cacerola el ajo, 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen y glasear el ajo a temperatura muy baja unos minutos (que no se tueste).
- Retirar el ajo y añadir las cáscaras y las cabezas de los gambones.
- Subir a temperatura fuerte, removiendo con frecuencia para dorar bien las cáscaras.
- Añadir un poco de pimienta negra recién molida.
- Añadir la parte verde de 2 puerros medianos y una zanahoria (troceado todo) dar unas vueltas.
- Añadir un litro de agua, llevar a ebullición y rectificar de sal.
- Pasar la batidora (si se realiza en la MyCook o la Termomix poner en 5-7-turbo 2 minutos con menos agua y luego completarla)
- Mantener hirviendo suavemente, tapado unos 12 minutos.
- Dejar reposar mientras se templa y pasar por el chino o mejor pasa purés fino.

BASE DE LA CREMA
- Cortar en juliana fina los dos puerros medianos (solo la parte blanca) y pocharlos lentamente en aceite de oliva virgen extra (2 o 3 cucharadas soperas). Si se dora muy rápido añadir 2 cucharadas de agua.
- Cuando estén blanditos añadir una cucharada de harina de trigo rasa y remover para que se tueste a fuego medio.
- Ir añadiendo poco a poco el caldo removiendo para que no haga grumos hasta completarlo todo.
- Dejar cocer suavemente 5 minutos.
- Añadir media terrina de queso tipo Philadelfia desnatado y batir.
- Dejar enfriar y refrigerar hasta el día siguiente.

En el momento de servir batir con varillas y acompañar si se quiere con unos cuscurros de pan frito.

Presentarlo en vasitos o copas con un cuscurro dentro y el resto en el platillo del vaso.

lunes, 22 de febrero de 2010

Huesos de Santo Auténticos

Partiendo de la receta de Nieves Sevilla (MundoRecetas), decidí realizar una incursión Paleontológico-Gastronómica.
Dada mi inexperiencia en materias de mazapán, pensé que la pasta me iba a quedar muy líquida y le añadí algo más de azucar.
Esto supuso una clara tendencia a la cristalización que no me permitió el perfecto enrollado y decidí dar una nueva versión de “hueso plano”.
Para la receta original yo tenía un factor limitante (solo me quedaba una bolsa de almendra molida), calculé las proporciones quedando así:

- Almendras molidas 125 g
- Azucar blanquilla 156 g
- Agua 80 g (80 ml) (8 cl u 0,8 dl)
- Un trozo de corteza de limón sin la capa blanca.
Paso 1: Poned el azúcar y el agua a hervir con la corteza de limón hasta lograr un almíbar fuerte (espeso). Añadid las almendras molidas y mezclar muy bien. Dejad que se enfríe, tapado con film transparente.
Ya tenéis la masa del MAZAPÁN.




Paso 2: Para el relleno utilicé coco rallado ligado con un poco de leche condensada.
Paso 3: Extended con un rodillo la masa de mazapán, hecha anteriormente, en una superficie espolvoreada con azúcar glass.
Dividí en dos la plancha. Sobre una de las mitades puse el relleno (de coco) y tapé con la otra mitad. Di la forma y el resultado fueron huesos de santo merecedores de un relicario.